El Aguijón
Es mi costumbre ya caída la noche, leer algún libro de los varios que aún mantengo vírgenes en mi biblioteca. Llámole biblioteca aunque muy lejos esté aún de la mas común de hogares de clase media. Dos repisas paralelas y no mas de 20 cms de altura de la base a su techo. El ancho de aproximadamente 80 cms era suficiente para albergar con holgura mis 26 libros, los cuales estaban distribuidos uniformemente entre los dos pisos de la repisa.
Debo mencionar que nunca he tardado mas de tres días en leer libro alguno. Ni aún los viajes de Gulliver pudo alargar los tres que procuraba siempre fueran el tope de mis momentos literarios. Aunque de no haber apurado el paso aquella noche del día tercero, fácilmente aquel viajero me habría vencido sin disimulo. Siempre he pensado que leer en un corto período de tiempo hace la lectura además de absorta, más amena y apasionada.
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